LA FRASE ...

“¿Se considera usted ante todo escritora o ante todo mujer? Cualquiera que haga esta pregunta odia y teme tanto a la literatura como a las mujeres." MARGARET ATWOOD. Escritora estadounidense. Feminista. Premio Príncipe de Asturias de las Letras 2008.

MUJERES LEYENDO....

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viernes, diciembre 17, 2010

OLIMPIA DE GOUGES.

Olympe de Gouges es sin duda una de las madres del feminismo contemporáneo, y sin embargo es una gran desconocida entre el público español. Laura Manzanera, sorprendida por la trayectoria de esta mujer enfrentada a su tiempo, ha rescatado la vida de esta ideóloga casi olvidada bajo el subtítulo de “La Cronista Maldita de la Revolución Francesa”. De clase baja, semianalfabeta y bastarda, Olympe de Gouges (1748-1793) no lo tuvo fácil para hacerse oír en una época en la que además por ser mujer le correspondía el silencio y la obediencia. Sin embargo, es la responsable del primer manifiesto feminista que se conoce, la Declaración de los Derechos de las Mujeres y las Ciudadanas. A primera vista, este documento “no es más que la carta de los derechos del hombre pero en femenino”, explica Manzanera. “Eso es aparentemente, pero va mucho más allá”. Esta activista política y escritora se hizo valer en un mundo de hombres, y su osadía la llevó a la guillotina en un momento histórico en el que la pena de muerte con facilidad te sumía en el olvido. Ha sido el feminismo del siglo XX, especialmente el francés, el que ha recuperado su nombre y reconocido su labor. “La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos”, afirmó Gouges, y con ello puso sobre la mesa una obviedad que casi tres siglos después sigue sin ser un hecho consumado, a pesar de estar recogido en leyes y tratados de carácter nacional e intenacional. Gouges no se conformó con redactar los derechos de las mujeres. Su activismo se extendió a la defensa del amor libre, las parejas de hecho y las madres solteras. Pionera en la lucha por los derechos humanos, protegiendo a las prostitutas y las personas sin hogar y enfrentándose a la corrupción de la clase política y a la pena de muerte, algo que no le libró de acabar sentenciada a la guillotina. Manzanero terminó este libro hace ya un lustro, pero la temática feminista no tiene fácil acogida en el mundo editorial, además de que “cuando un personaje es poco conocido se suele desestimar para su publicación”. Al final, su obra cayó en las manos de El Viejo Topo y por fin ve la luz.

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